27.12.10

1999

1999 a todo volumen en mi baño. Canto mientras intento borrar con el gel todas las notas escritas a boli en la mano. Soy consciente de que no se van a borrar pero sonrío pensando en lo efectivas que son. Una de ellas pone que llegabas hoy. Ejecutivos que llegan tarde al embarque, nieve en la pista o controladores reivindicativos. Cualquier nimia razón que impide que te estés duchando conmigo. Sigo frotando mi mano. Justo cuando consigo borrar la última letra, escucho cómo cruza una llave en la cerradura. Mi mente da mil vueltas: pero si este fin de semana estoy sola, ¿quién será?. Escucho como cruje el parqué. La pisada es larga y firme. Recuerdo tu 43 recorriendo mi pasillo. Siento que el ritmo de pies es el mismo. Cierro el grifo. Me froto los ojos y cuando me voy a dar la vuelta veo cómo te cuelas en mi ducha. Pienso en que no me apetecía nada más que tú compartiendo toalla conmigo, que tu cara con las pestañas empapadas debajo del chorro de agua caliente. Mido cada milímetro de tu piel para comprobar que no has cambiado, que sigues teniendo treinta y siete lunares en la piel y que tu vértebra prominente es la sexta. Ni te imaginas cuanto te he echado de menos.

2 comentarios: