13.8.11

Y de repente encuentras a alguien que también toma el Cola – Cao con leche fría, que no se prueba la ropa en el probador de la tienda y que siempre aparca marcha atrás. Alguien que odia hacer la compra solo, que le encanta conducir con la música a todo volumen y que no le gusta pagar con monedas de dos euros. Alguien que se para con cualquier perro que se encuentra por la calle, que le pone nervioso el silencio de las bibliotecas y que se muerde los labios cuando miente. Alguien que pone a Sabina para empezar bien el día, que ve películas de Almodóvar por obligación y que aborrece la ensalada de pepino. Alguien que en el fondo siempre ha estado ahí.

19.6.11

Fuerza.

Lo siento pero no me han enseñado a rendirme.

20.3.11

Nunca.

No has cumplido la única condición que habíamos establecido: ‘no decir nunca te quiero’. ¿Acaso era tan difícil? Lo firmamos en la servilleta de un bar de carretera. El bar donde follamos por primera vez, donde dijimos que nos tendríamos siempre el uno al otro cumpliendo una única condición. Pero no, por un puto cortocircuito mental tuyo has tenido que romper las reglas del juego. Y lo peor de todo es que yo he aguantado sin decírtelo y me he tragado esas palabras casi día a día.

21.1.11

'No eres tú, soy yo'

'No, no voy a decir eso de 'no eres tú, soy yo' porque sería mentira. Eres tú. De hecho por ser como eres has convertido nuestra relación en una colección de momentos olvidables y tediosos porque eres una persona destructiva, huidiza, autocompasiva y pusilánime. No quieres crecer, no quieres disfrutar, no quieres explorar y en la vida hay que improvisar para sentirse vivo; hay que dejarse sorprender, cambiar de planes... pero tú no. Tú todo lo cuentas, lo calculas, lo mides, lo pesas, lo cronometras. Y cada vez que miras el reloj se me revuelve el estómago. ¿Qué es eso tan apasionante a lo que pareces llegar tarde a cada minuto? ¿Me quieres contestar? Espérate... que a lo mejor no es justo decir que eres tú, puede que también sea yo. Sí, puede ser. Pero soy yo por dejarte ser como eres, soy yo por no haber dicho antes que me faltaba el aire, soy yo por pretender que las cosas iban bien cuando siempre han ido rematadamente mal, soy yo por no escuchar a mi piel cuando me decía una y otra vez que le repugnaba la tuya. Sí, mi piel odia a tu piel y esto es algo químico, algo que no se puede controlar. Para empezar, una piel nunca se equivoca, no tiene capacidad para juzgar, son sólo células que sienten, una piel no sabe si el dueño de la otra piel es gilipollas o no. Sólo sabe ser piel y nada más que piel. Y espérate que no he terminado. Y te decía que soy yo por haber sido como tú, soy yo por haber renunciado a mí, soy yo por haber dejado de vivir por mí para vivir contigo lentamente.'